sábado, noviembre 18, 2006

Carta..


"Laura:

Te preguntaras por qué lo hice, si es tu culpa por no estar, o si en ello fue culpa de alguien más. Dejame decirte que no es así. La culpa es toda mía, y asumo todo la responsabilidad por ello.

Lo hice por una sola razón, mi cuerpo ya no tenía fuerzas para soportar todo esto. Siempre te dije que tu eras la razón de mi ser, que eras mi vida entera, y nunca mentí, pero además de todo lo bello que hay en la vida, representado por tí, también suceden esas cosas malvadas que enegrecen toda luz en la mirada.

Sabes que todo lo que ha acontecido fue algo que nunca lo planeamos, y mi determinación, si bien piensas que es la más fácil y cobarde, no lo es. El pensar que ya no podre verte es un gran costo que pagaré con mucha tristeza.

Tranquila, no sufrí para nada, solo me quedé dormido. Me iré con una lágrima y una sonrisa, una sonrisa para que sepas que al lugar donde vaya en mi juicio personal estaré bien y cuidandote, y mi lágrima por saber que mi piel y mis manos no podran volverte a tocar.

Espero que hoy, en el día en que parto de aquí estes tranquila.

Te querré por siempre.

Espero verte algun día.






Tomás
"

miércoles, noviembre 08, 2006

¡Hola!


Apareciste una noche
era una de esas con luna,
pasaste a mi lado
y por casualidad hablamos,
Entiendo tu lejanía,
quizás es mi naturaleza
que me hace ser así,
Entiendo que no estes
porque estarías
si aun no sabes quien soy,
Estas ocupada,
lo entiendo,
juro que no quiero quitarte
ese tiempo precioso,
solo quería saludar,
y a veces conversar.
Lo siento,
no quería interrumpir,
solo quería decir
que aun sigo aquí
para tí.

jueves, noviembre 02, 2006

Un atardecer, un nuevo adios.


La noche cae,
la estrellas comienzan
a encender el cielo oscuro,
los aconteceres cotidianos
dan paso a reflexiones
que suelen ser en vano.

A lo lejos,
diviso tu siluerta
en tus mejillas una lagrima
en tu garganta un lo siento,
disculpa amor
no es mi culpa,
son los negros nubarrones
que tapan mis ojos
y enceguen el corazón,
lo siento amor
que no te veo
y tus gelidas manos
no dan calor a mi consuelo,
perdon amor
de verdad lo siento,
muchas veces te abrace
y hoy solo te hiero,
comprende amor
este daño no es para tí,
quizás sean las penas
que obnubilan
lo que por ti sentí.