El hombre toco el suelo por primera vez, todo a su alrededor era nuevo, sus ojos aun no se acostumbraban a la luz que emitia esa gran bola de fuego en el cielo.
Comenzó a caminar por esos parajes para ir conociendo lo que sería su nuevo hogar, todo estaba verde, habian seres en cuatro patas corriendo por todas partes, alborotados quizas al ver essa nueva criatura en sus dominios.
Pasaron las horas, el hombre habia recorrido la mayoria de la extencion de la tierra, sin embargo, no sabia como se llamaban la mayoria de ls cosas.
-Buenas tardes puedo hacerte una consulta-pregunto el hombre.
-Buenas tardes dime que es lo que quieres-le respondio Sol desde las alturas.
-Quisiera saber ¿cuál es tu nombre?.
-Soy Sol, el encargado de calentar el terreno por donde pisas, dar luz al resto de los seres, y muchas cosas más.
-Mucho gusto Sol-dijo el hombre, y asi siguió caminando.
Pasó el tiempo y se preguntaba por qué Sol se iba poniendo cada vez mas rojo.
-Disculpa Sol, ¿por qué con el paso de las horas te vas poniendo cada vez más rojo y mas lejano?.
-Lo que sucede es que la tierra por donde caminas esta en movimiento, en cambio yo estoy en una posición fija, es por eso que me ves cada vez mas lejos.
El hombre asombrado siguió caminando pensando en lo que le decía Sol.
De pronto se dio cuenta que el cielo se ponía cada vez más oscuro, ¿será que Sol se va extinguiendo? pensaba con la cabeza agachada. Unos puntos en el cielo se iban prendiendo de pronto, el hombre cesó todo pensamiento, para admirar lo que pasaba.
Una gran esfera de color blanco aparecía en el cielo, imponente sin dudas.
-Buenas-dijo el hombre tembloroso-¿quién eres tú?.
-Me llamo Luna-respondió la gran esfera-y tú ¿quién eres?.
Por primera vez le hacían esa pregunta, ante lo cual se quedo callado por un momento.
-Te pregunté ¿quién eres tú?, ¿no me escuchaste?-volvio a repetir Luna.
-Soy una criatura como el resto-dijo el hombre-pero un nombre creo no tener.
-Mmm, tienes que tener algun nombre, todos lo tienen, ¿qué te parece....Orión?.
-¿Orión?, me agrada-respondio el hombre.
