domingo, noviembre 17, 2013

Requiem de luna

" La luna miraba esquiva la silueta de mi alma confundida. Sus mirada cada vez más inquisidoras, más agobiantes, más ahogadoras. Mi mirada hacia ella era fría, como tantas veces había sido, mis palabras brotaban sin vida, como pasajeras en cuyos ojos no existe una luz. Balbuceaba ciertas frases, ya marchitas, ya cegadas, aquellas que el tiempo se encargó de matar.
Extrañaba mi cuerpo, aquel refugio cálido que algunas vez me permitió sentir las brisas heladas del viento furioso, o mirar aquellas estrellas curiosas que veían con desdén lo que bajo ellas pasaba. 
Extrañaba las conversaciones largas y agotadoras con seres que jamás se dejaban ver y que susurraban consejos extraños y sin formas.
Los árboles, aquellos de frondosos follajes, intentaban ocultarme de las miradas de aquella luna hinchada de rabia y de ojos tristes.
- Me siento desnudo - balbució finalmente mi alma - necesito lo que alguna vez entregue con rabia.
La luna miraba más tristemente mi alma y se hacía cubrir por nubes vagantes en el cielo oscuro.
- No puedo devolver algo que no te pertenece - dijo finalmente aquella esfera pálida - sin embargo puedo enviarte alguna náyade para que te cubra, o alguna ninfa conmovida para que te ayude. 
Sus palabras hacían más ahogadora la situación en la que me encontraba.
- No existe ser que pueda compensar lo que perdí por ser ciego -  exclamé casi furioso, enfrentándome cara a cara con aquellas miradas.
La luna oculta, tal vez por la rabia, tal vez por el desdén, calló dejando el vacío en el aire. No habló más aquella noche y no exigí más.
El viento pasaba inmutable al lado mío, sentía su indiferencia en mis oídos, recordándome lo que había perdido."


"El libro del olvido y el reencuentro"
Corvo

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