¡ A Callar !

Que se silencie el mundo,
y que se detenga el tiempo,
calle la algarabia
y se silencie el alboroto del día,
duerman colera y odio
en los brazos moribundos del susurro,
que se adormezcan en el silencio
todos aquellos sentimientos lascivos,
que no se demuestran a diario,
¡A callar ustedes emociones!
que cada vez me confunden,
dejen escuchar aquellas voces
que aportan algo a mi integridad,
¡A callar falsedades y mentiras!
callen sus voces falacicas,
y contemplen la certidumbre
de aquellas voces claras,
que se oyen en el fondo
en donde se calla.

Deseo

Enséñame a perderme en tus cabellos
en donde la letárgia de los días no me afecte,
Enséñame a olvidarme en tus manos
de todo aquello que algún día me ataña,
Enséñame a caminar por el sendero de tu cuerpo
para poder explorar cada arista de tu piel,
Déjame dormir en tus labios
y soñar que algún día podré tocarlos.

Mírame a los ojos con tu alma
y deja mirar en tu interior,
Permite que la soberbia de mis manos
recorran tus fronteras sin provocar conflicto,
Concédeme formar con tu boca
una única unión sólida,
Que exceda a los transgresores
que interrumpen nuestro hablar en silencio,
Permite que mi cuerpo te susurre
una cuantas líneas de poesía,
Y deja poder mostrarte
que la luna si es de queso.

¿Olvido o ya no me acuerdo?

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Ayer estuviste en mis tierras
anduviste por allí en donde ya he dejado de ir,
aquellas tierras que para mí son áridas y secas,
en cambio para tí son fértiles y frondosas,
olvidaste pasar a saludar y sin embrago yo espera tu saludo,
me habras olvidado ya o simplemente el alboroto de tus días
me ha sembrado en él, quizás es un simple "no me acordé".
Pese a todo, tus olvidos ya no me duelen,
he aprendido a convivir con ellos,
aunque me costó saberlo y vivir con ello.
Lamento el hecho de molestar de vez en cuando,
pero quizas es un grito desesperado
para que tu conciencia recuerde que estoy aquí,
que aún mis pulmones respiran y mi corazón aún late,
quizás ahora lo hacen distinto a como lo hacian antes.
He cambiado y quizás no te has dado cuenta,
he llorado y mis lágrimas sé que no te han humedecido,
he muerto y sé que el frío de mi cuerpo no se ha sentido,
pero estoy bien, vivo y respiro cada día,
ya con una ilusión distinta, con un impetu nuevo,
pero sé que no te has dado cuenta.
Cómo llegamos a esta situación, no lo sé,
quizás nos acostumbramos a no hablarnos de cosas mundanas
y nos concentramos en decir solo lo justo.
Quizás sabes que hoy alguien me acompaña,
pero no demuestras ese interés de antes,
preguntar quien es.
Te comprendo en cierta medida,
este largo camino que nos separa
hizo también separarse nuestros caminos,
lo entiendo.
El camino del olvido es a veces corto,
y eso tú me lo has demostrado,
o ¿será acaso que no te acuerdas?