miércoles, mayo 10, 2006

Experiencia


Caminabamos siempre por aquel parque, nos recordaba siempre como habiamos comenzado. Fue casi un accidente, era una mañana de abril, cuando de pronto nustras miradas se cruzaron, era una mujer preciosa, ni tan alta, ni tan baja, como se diría por allí, una mujer perfecta para mí, conversamos solo unas palabras al pasar.
- Hola que tal?.
- Bien gracias, ¿hace un poco de frío no?.
- Sí, un poco.
Nos conocimos bajo aquel árbol, ese de gran follaje y ramas algo chuecas.
Un día caminando por estos mismos camino, se me acerco y me dijo aquellas palabras que siempre quedaran grabadas en mi mente.
- Te quiero.
Mi corazón saltó de una manera extraña, era una sensación de alegría y emoción, no sabía que responder, solo me acerque y la besé. Nuestras miradas nuevamente se cruzaban, pero esta vez era para decirse tantas cosas que solo el silencio trasmite y las palabras no saben expresar.
A partir de allí siempre la esperaba bajo el mismo árbol, esperando con mi corazón a full, me recordaba un cuento llamado "El Principito", donde había un zorro que se hacía amigo del protagonista, el principito, y decía que él preparaba su corazón para verlo todos los días. Me parecía en cierta manera a él.
Una dulce mañana de primavera me acerque a ella y decidido le dije
- Eres la mujer más bella del mundo para mis ojos, eres la mujer más interesante para mi mente, y a la vez eres la mujer más importante para mi corazón.
Me miró con sus ojos, tan trasparentes que podía ver su alma, no una simple alma, sino el alma de alguien muy especial, ese alguien que es capaz de moverte el mundo con su sólo respiro, que es capaz de alumbrar tu día con su sola sonrisa, capaz de hacerte volar con un solo beso. Y a su vez era un alma algo parecida a la mía.
La quiero, y aún seguimos viniendo al mismo parque, a veces nos sentamos bajo el árbol de siempre, siempre mirandonos a los ojos y diciendonos aquellas cosas que la mayoría de las parejas ya han olvidado decirse por el sólo hecho de pensar que el tiempo es una similitud a un acostumbramiento a la otra persona.
La quiero y todos los días pregunto lo mismo
- ¿Quieres empezar de nuevo?
Pregunto no porque algo esté mal, sino porque el amor, mi estimado amigo, es un nuevo comenzar todos los días, en donde encuentras cosas nuevas, pequeñas, que le dan el toque especial a seguir juntos todos los días.

- Gracias.
- De nada, espero que te sirva en algo lo que pienso.
- Que estes bien.
Ambos se levantaron de la mesa en donde hacia unas horas estaban sentados, tomando caminos distintos de la calle.

2 comentarios:

Andante dijo...

Bien ahi wn!

cambiando el rumbo del blogg?
se nos va Don Andrés de Marco?
llega Edgard Allan Poe?

bien ahi fuertes mensajes subliminales!

" arbol frondoso!"
ajajja

Buena wn! esta bien
el mezon es de la ultima frontera?
o el zipo?

xD

Anónimo dijo...

Bueno historias conocidas o no, similares, vividas, quizás, siempre todos tenemos nuestras experiencias, pero lo lindo de todo esto es compartirlo y dar a conocer historias asi q muy pocas solo qdan en corin tellado, supongo ¿No te abra pasado a ti chavalito?